Los nacidos durante este año son alegres, queridos y listos. Tienen un fuerte sex appeal, más que una gran belleza. Es terrenal y encantador, perceptivo y locuaz. Su índole voluble puede convertirlo, a veces, susceptible, imprudente y testarudo. El imprevisible Caballo se enamora fácilmente y se desapega con la misma facilidad. Muy a menudo, el Caballo abandona temprano su casa. Si no es así, su espíritu independiente lo induce a comenzar a trabajar o a emprender una carrera desde muy joven. Tiene el corazón de un aventurero, pero es famoso por su mente aguda y la capacidad de manejarse financieramente. Seguro de sí mismo, vivaz, enérgico, impulsivo y quizás también atrevido, el Caballo se viste de modo llamativo, ama los colores vivos y los diseños chillones y a veces llama verdaderamente la atención. El Caballo ama la actividad física y mental. Puedes reconocerlo fácilmente por los movimientos rápidos pero elegantes, por los reflejos rápidos y por el modo avispado de hablar. Reacciona de prisa y sabe tomar decisiones en el momento. Su mente trabaja con extraordinaria celeridad, y aunque le falta estabilidad y perseverancia, remedia estas carencias con una mentalidad abierta y flexible. Fundamentalmente es una persona no conformista. El nativo de este signo a menudo es llamado el playboy (o la playgirl) del ciclo. Le gusta el bullicio y ama ser el centro de la atención. Es divertido, le gusta dar y recibir cumplidos, es hábil en los negocios como en el amor. El Caballo, rápido y ágil, evalúa astutamente las situaciones y logra maniobrar las personas y los acontecimientos. Desde el punto de vista negativo, el Caballo es impulsivo y obstinado. Tiene un temperamento explosivo, también se olvida rápido de sus explosiones de cólera. Otros, sin embargo, no lo encuentran agradable, y no se recuperan tan de prisa. A menudo esta característica les hace perder respeto y credibilidad. El nativo del Caballo tiende a apurar a los demás, y se irrita cuando no reaccionan con su rapidez y eficiencia. Pretende demasiado, pero está dispuesto a conceder poco, principalmente cuando está en juego su preciosísima libertad. Es capaz de ser infantil y mezquino en satisfacer sus caprichos. Frecuentemente es olvidadizo, distraído y se precipita en conclusiones apresuradas. El nativo del Caballo quiere que todo se haga como él dice. Egocéntrico por naturaleza, quiere que su familia y ambiente giren alrededor suyo.
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